(Tomás Casanova, Director EL DELEGADO) – En el devenir de la historia de América Latina, el saqueo y la explotación de sus recursos naturales y pueblos originarios se remonta a los tiempos de la colonización europea. Desde la llegada de Cristóbal Colón financiado por la Corona Española en 1492, se inició un proceso de dominación y explotación que perduraría a lo largo de los siglos.
Las expediciones de Colón, en busca de una ruta hacia las Indias, terminaron alcanzando América, y la Corona Española establecieron acuerdos comerciales que implicaban el 10 % de los beneficios del comercio entre Europa y las Américas. Además, se otorgaron tierras a una élite privilegiada y anti aborigen, perpetuando la dominación y el sometimiento de los pueblos originarios.
A lo largo del tiempo, otros territorios en América Latina fueron colonizados por británicos y estadounidenses, quienes también llevaron a cabo prácticas de saqueo y explotación de recursos naturales y poblaciones autóctonas en lugares como Jamaica, Puerto Rico y Cuba, entre otros.
En el caso específico de Argentina, los pueblos originarios que habitaban la región del Virreinato del Río de la Plata, que luego se convertirían en Argentina, eran principalmente agricultores y ganaderos. La llegada de los colonizadores europeos, sin embargo, supuso un saqueo sistemático de sus recursos naturales y una violenta imposición cultural que diezmó a estas comunidades.
El siglo XIX trajo consigo el avance del capitalismo y la revolución industrial, y en este contexto, surgieron ideologías como el comunismo igualitario y la lucha del proletariado. Aunque el capitalismo originalmente tenía como contrapartida estas corrientes igualitarias, con el tiempo, la región latinoamericana se vio influenciada por un cambio hacia el neoliberalismo.
Tras periodos de dictaduras militares en muchos países de América Latina, la democracia resurgió, y algunos líderes populistas intentaron resistir la imposición del neoliberalismo, buscando una mayor justicia social, bienestar económico e independencia frente a las grandes potencias. Figuras como Correa en Ecuador, Lula da Silva en Brasil, Evo Morales en Bolivia, y los Kirchner en Argentina, entre otros, representaron esta corriente.
Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de estos líderes, la dominación externa y la extracción de recursos persistieron en la región. Empresas formadoras de precios, monopolios y la injerencia del FMI siguieron perpetuando ciclos de dominación y saqueo en la historia argentina y latinoamericana.
En la actualidad, Argentina enfrenta un momento crucial con elecciones en las que se disputan dos modelos de país: uno que continúa con el paradigma de entrega y explotación de recursos, y otro que busca luchar por los derechos de los trabajadores, las pequeñas y medianas empresas, salarios dignos, inclusión social, igualdad de oportunidades y la protección del medio ambiente.
El futuro de Argentina y América Latina está en juego, y las decisiones tomadas en estos momentos definirán si se continúa con un camino de dominación y saqueo o si se busca un modelo más justo y sostenible para todos los ciudadanos.