(Opinion, Mario Mazzitelli dirigente socialista) – En el oficialismo observo un esfuerzo por superar un cúmulo grande de errores y desvíos en lo político, ético, administrativo y económico. Está buscando acciones y medidas que puedan revertir la situación y reiniciar un ciclo virtuoso para los próximos 4 años ¿Será posible? Las dudas son válidas, y aunque resulta innegable el esfuerzo de corrección ¿Quién podría dar garantías de éxito? Final abierto.
Del otro lado, veo ideas muy estúpidas, fuera de época, a contramano de la historia e intentando ejecutarlas con un idiota. ¿Por eso insultan, denuncian fraude sin pruebas, reivindican a la dictadura y hablan de tiranía? ¿Cómo pueden explicar que un pequeño conjunto de dogmas tontos y prejuicios necios nos podrían conducir al éxito? Misión imposible. La frustración, la desilusión, el desengaño aparecerán en el corto plazo ¿Afuera el libertario y arriba la fascista? Horizonte oscuro en medio de una hojarasca de sentimientos primarios ¿O con la motosierra piensan resolver problemas complejos? Final cerrado. Fracaso ineludible.
Para quienes aspiramos al fortalecimiento democrático y su extensión a los terrenos económico, social, cultural y ambiental; no deberían existir muchas dudas por donde avanzar. Tomando el Dogma Socialista de Esteban Echeverría, sostenemos que: “La igualdad y la libertad son los dos ejes centrales…los dos polos…de la Democracia.” “La Democracia parte de un hecho necesario…la igualdad de clases, y marcha con paso firme hacia la conquista del reino de la libertad más amplia -la libertad individual, civil y política.” “La Democracia es el régimen de la libertad fundado en la igualdad de clases”. Queda poco lugar a dudas de que lado estar. Más allá de las justificadas aprensiones.
Los que desprecian, menoscaban y vituperan la igualdad y la justicia social, mostrando el carácter oligárquico de la libertad que esgrimen, son antidemocráticos por naturaleza y nuestros inalterados antagonistas políticos. Contra ellos mi voto. Y, espero, el voto democrático de la mayoría de los argentinos.
